jueves, 14 de octubre de 2010

TIÉNDEME EN EL BALCÓN

Si mirando hacia arriba,
me pierdo en los cristales
del rascacielos grande,
no vengas al rescate.
Mejor manda una carta
con tinta roja y negra
a esa casa que amamos
con tanta intensidad.

Si a menudo me duermo
estoy ensimismado
es que mucho te añoro.
Si así ocurre,
un buen método
para que vuelva pronto
es hacer la colada
de la ropa de casa.

Búscame entre las manchas
de las viejas camisas
que tan bien me conocen.
Tíendeme en el balcón
para que el sol me oree
y sienta su pureza.
Seguro que la ropa
limpia recién lavada
musitará canciones
mientras chorreo mi pena.
Puede que la vecina
con dulzura coloque
blancos sujetadores
alegres perfumados
para así consolarme.



De EL LIBRO DE LAS NAVEGACIONES INTERIORES
Primera edición de bibliófilo de 50 ejemplares,
mecenazgo del artista Franco Policastro, 1999
Segunda edición de 1000 ejemplares,
gentileza de Mariscos Romerijo, 2002

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