He reencontrado este sabor amargo y una duda olvidada en el
canto de un sueño, entre humos. Ha sido esta mañana en que los
relojes chirriaron estremecidos y de esta me han nacido los años
precipitadamente, deseosos de amontonorse con sus números, igual
que se disponen los zapatos pasados de moda en las viejas y
polvorientas estanterías, tristes como ventanas atascadas.
He reencontrado, repito, una duda que se balanceaba en el
canto de un sueño, de espanto y vejez, lágrima oculta en mis ojeras
con su líquida cara de espaldas al viento de Levante. Y allí, como
perdido, un niño nadaba hacia una lancha, una patera blanca anclada
en una playa con sus remos enormes, batalladores, delgados, pesados,
azules, invitadora y mía. Lástima que este presente me arrancase de
entonces y ya no pueda bogar esa bahía.
Del libro Cálidoscopio
Antología Generacional
Colección El Ermitaño II, 1993
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