No me encuentro contigo desde el día
en que llovió pedrisco a media tarde,
pocas cosas he visto desde entonces,
bueno,
sí he visto muchas pero no reales:
escaparates, autobuses, relojes,
hasta un surtidor persa
que salía en un cuento,
y también,
un sol y una estrella
de Miró que bailaban
robando una cometa
pintada con tres trazos.
No me encuentro contigo desde el día
en que tras un portazo
te llevaste el agua de Vichy
para regar macetas por la luna.
Me he perdido, no sé qué hacer,
te has llevado un sol en cada mano
y en la oreja el rumor de los levantes,
en los dientes las algas
y en los ojos el verde
de esta mar que sólo es mía
para esconderla en sabe Dios qué mundos.
No me encuentro contigo desde el día
en que no me miraste al salir de reojo
-recuerdas-
torciendo el gesto,
dándote suficiencia,
desde la cúspide de tus altos tacones
para borrarme de una pincelada
-que diría Policastro-
y me pregunto solo
¿porqué te has ido a esconder soles
y ocultar los vientos?
¿Acaso habré perdido la pureza y estoy deshabitado
De EL LIBRO DE LAS NAVEGACIONES INTERIORES
Primera edición de bibliófilo de 50 ejemplares, mecenazgo del artista Franco Policastro, 1999
Segunda edición de 1000 ejemplares, gentileza de Mariscos Romerijo, 2002
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