No venimos rogando
enciéndanse las luces,
ni modifiquen cursos
el astro y sus planetas
tampoco proclamamos
cuarteleras consignas.
Nuestros versos no buscan
espléndidos aplausos
ni la nota gloriosa
que eleve nuestro canto.
No esperamos el pago
de la miel de los labios
de la mujer amada.
No cobramos la obra
no exigimos derechos.
Simplemente decimos,
somos parte de aquellos
que buscando en el viento
se vieron a un espejo.
Por eso, desde entonces,
raramente bajamos
los ojos de las nubes.
Publicado en las Entregas EL POETA EN EL AULA
Ediciones de la Junta de Andalucía
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