Estaba la pasión como dormida
sentada en su sofá algo desfondado
la luz de techo permanecía apagada
o fundida quizás
nadie lo sabe.
Y de pronto entró por la ventana
como una brisa fresca del Atlántico
y miró alrededor.
Dicen que llevaba tacones puntiagudos
para marcar los ritmos.
Mi corazón fallaba por momentos
y mi amante me había vuelto la espalda.
Y que las chumberas y los retamales
ya no guardan los caminos
la sombra la venden enlatadas
en paquetes de seis
y esta noche
la mar se niega verme.
Lucho por conseguirte
y garras son mis manos y no te siento
yo que quería escalar tus senos
bajar en tirolina hasta su sexo
-y mírame ahora-
con muletas andando por la calle
y las lágrimas
surgen de Levante.
Y es que a veces
en cualquier esquina
he perdido tu sombra
como pierden los combates
esos púgiles en el cuadrilátero
a pesar de dominar
las apuestas del público.
©Jesús María Serrano
Lapsus Calami Productions
Praha, Cesk Republik
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