jueves, 14 de octubre de 2010

SEGUNDA INVOCACIÓN AL PUERTO DE SANTA MARÍA

Muéstrame pueblo mío tus anhelos de torres miradores y nostalgias
las grietas de las casas que cobijan memorias de la gente que amó
por rectilíneas calles divisándose en el río.

Revélame pueblo mío las grietas del viento los balcones y azoteas blanqueadas
las palabras perdidas las mentiras la ropa tendida los celos la alegría
háblame de salicornias y geranios.

Descúbreme pueblo mío tu corazón abierto y explica las batallas que has vivido
tantos años silente volcado a las riberas frente a la piel temprana
y la vejez herida y taciturna.

Sabes que estoy atento a los avisos que labras en las piedras
palmeras araucarias aspidistras donde los amantes se enamoran sueñan
y la muerte ronda las ventanas.

Distingues pueblo mío de amenazas a gaviotas palomas gorriones
mapas y rutas de esta tierra abierta a la bahía como un vaso
para gozo y dolor de los naufragios.

Percibes pueblo mío que no miento si afirmo que los navíos se estremecen
de las grúas y también de los carabineros que pasean y otean en tus muelles
mientras pasan las horas mientras fuman sus vidas.

Ábreme pueblo mío las llagas del perro callejero que olisquea las esquinas
al vagabundo ebrio y alunado al caminante que ya no cree en destinos
para poder asirlo y consolarlo.

Dibújame pueblo mío las tiernas caricias los nidos de cigüeñas sobre las espadañas
las locomotoras y helicópteros sobrevolando tu cielo, al niño en bicicleta
tu gentío de fiesta.

Exponme las arterias del olvido la tristeza el hambre el infortunio la rabia
la nostalgia la pena la venganza el paro la impotencia
y esas frases que no pronunciaremos por temor al ridículo.

Muéstrame pueblo mío tus anhelos tu corazón ingenuo avisos gaviotas barcos
grúas vagabundos caminantes cigüeñas olvidos infortunios y palabras
pues de la misma arena nos hicieron.



De AÑIL - LIBRO DE LOS AMIGOS

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