Luminosa inmensidad de la bahía
Cádiz mirándome desde el horizonte
la que he tocado con mis manos
-alargándose-
hasta triturarla con mis dientes.
Las mareas tan inmensas
tanto que sufría verlas alejarse
¿si no vuelven me preguntaba?
Soledad esplendorosa de la playa
vientos
vientos
vientos.
Y arena que alocada se clavaba
en mis piernas
pero yo te sentía
no era un espejismo.
Loco me llamaban.
Me llamaban loco porque amaba a los vientos
y gozaba del volteo de las olas
los verdes de la mar
y el musgo de las rocas.
Loco me llamaban.
Velas que se movían rápidamente.
Gaviotas alrededor
como gloriosos triángulos
lanzándose en p
i
c
a
d
o
.
Charrancitos escribiendo poemas
por la orilla.
Charrancitos escribiendo poemas
por la orilla.
Adornos de las olas
sal
y cielo.
Loco me llamaban.
Fue así como lo supe
así lo descubrí
por el dolor de las piernas laceradas
tatuadas sin piedad
como otra pobre
e inocente
víctima del arte.
Jesús María Serrano
© All rights reserved
Loco me llamaban.
Fue así como lo supe
así lo descubrí
por el dolor de las piernas laceradas
tatuadas sin piedad
como otra pobre
e inocente
víctima del arte.
Jesús María Serrano
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